Noviembre
Y era en la cierta luz de los atardeceres de noviembre cuando se descubría como un imán de alegrías. No tenía la culpa, la bendita naturaleza había hecho su trabajo y no era más que el resultado de millones de años, era no más que un responsable secundario, un "invitado lítico" en una fiesta maravillosa.
Y todo lo que eran antes pesares, enfados, impotencias y acracias consentidas, la naturaleza las había transformado utilizándolo como "ratoncito de un país del té" en profundas y largas maravillas del sentimiento más profundo, la humanidad más conveniente que rezumaba por todos los instintos que le hacían ser lo que es.
Y el universo sí que tenía un punto de referencia, una base a la que no se debía mentir ni decepcionar, no se podía, porque eso significaría el fin de las luces de noviembre y de los abriles que estuvieran por suceder.
Y todo lo que eran antes pesares, enfados, impotencias y acracias consentidas, la naturaleza las había transformado utilizándolo como "ratoncito de un país del té" en profundas y largas maravillas del sentimiento más profundo, la humanidad más conveniente que rezumaba por todos los instintos que le hacían ser lo que es.
Y el universo sí que tenía un punto de referencia, una base a la que no se debía mentir ni decepcionar, no se podía, porque eso significaría el fin de las luces de noviembre y de los abriles que estuvieran por suceder.
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Piedra -